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Si nos centramos en la primera fila, veremos que se detalla los principales modos de transmisión del coronavirus, desde los que implican un menor riesgo de contagiosidad (los fómites) hasta los que implican un alto riesgo de contagio (los aerosoles), pasando por las gotas balísticas, que implican un nivel de contagio intermedio (Jiménez, 2020; Ministerio de Sanidad, 2020ª). En la segunda fila, podremos observar cada una de las medidas de protección asociadas a cada uno de estos modos de contagio. 

Cuando hablamos de contagio por fómites, hacemos referencia a la posibilidad de contagiarse por contacto directo o indirecto con superficies que estén infectadas por el virus. Por ejemplo, si una persona contagiada estornuda en una superficie, y a continuación otra persona toca dicha superficie contaminada, esta segunda persona podría contagiarse a su vez, por contacto con dicha superficie contagiada, si tras tocarla se llevase la mano a la boca, nariz u ojos. Cabe destacar, sin embargo, que existe escasa evidencia de que la transmisión por fómites sea muy efectiva (Goldman, 2020; Lewis, 2021), por lo que se le atribuye en la infografía un nivel de contagiosidad bajo. La medida de protección a adoptar para evitar el contagio por fómites es simplemente el lavado de manos. En relación con ello, cabe destacar que se está poniendo un foco excesivo en la limpieza de las superficies y en el uso de desinfectantes. Hablamos aquí de foco excesivo precisamente porque no hay evidencia sólida de que la transmisión por fómites sea muy eficaz. Además, cabe considerar que el uso reiterativo de desinfectantes tiene efectos nocivos no solamente para el medio ambiente, sino también para nosotros mismos. El hecho de respirar repetidamente los vapores que emanan dichos desinfectantes es altamente perjudicial para la salud, habiéndose demostrado que la mayoría de los desinfectantes se relacionan con problemas respiratorios y de salud cuando los inhalamos (Ziou et al., 2020). Por otro lado, es importante recordar que el jabón es un muy buen aliado que desactiva el virus, por lo que a menudo el simple uso de agua y jabón para limpiar las superficies puede ser suficiente (Ziou et al., 2020). Es necesario seguir lavándose las manos y puede ser útil lavar las superficies que puedan estar en contacto reiterativo con el virus (superficies que otras personas tocan a menudo por ejemplo, como los picaportes, y sobre todo dónde puedan haber estornudado, o los baños, que pueden suponer transmisión fecal-oral), pero el tiempo, esfuerzo y dinero debe centrarse en la limpieza del aire (ventilación, purificación), más que en la limpieza de las superficies. 

Otro modo de contagio, son las gotas balísticas, es decir pequeñas gotas de un tamaño superior a 100 micras que salen de la boca de las personas cuando éstas hablan, cantan, gritan, ríen, tosen o estornudan. Al tener un tamaño relativamente grande (comparado con los aerosoles), caen rápidamente al suelo a menos de 2 metros de la persona, salvo que se vean empujadas un poco más lejos por una corriente de aire. Estas gotas son demasiado grandes para ser inhaladas, por lo que solamente nos podremos contagiar si tenemos la mala suerte de que alcancen nuestros ojos, nariz o boca. Para protegernos de estas gotas balísticas, simplemente basta con que todos y todas llevemos mascarillas, y que mantengamos la distancia social de 2 metros. Si la persona infectada lleva mascarilla, estas gotas se quedarán en su mascarilla, sin posibilidad de alcanzar nuestros ojos, boca o nariz. Por otro lado, si la persona infectada no tuviese mascarilla, sería importante que mantengamos la distancia social de dos metros y que tengamos mascarilla para evitar que las gotas balísticas que pueda proyectar la persona enferma nos alcancen en los ojos, boca y nariz.  

Pero el modo de contagio que ha revelado ser el más relevante, el que juega un mayor papel en la transmisión de la enfermedad, son los aerosoles (Jiménez, 2020; Ministerio de Sanidad, 2020ª, 2020b). Cuando hablamos de aerosoles, también nos referimos a pequeñas gotas que salen de la boca de las personas cuando hablan, cantan, gritan, ríen, tosen o estornudan, e incluso cuando respiran, pero esta vez hablamos de gotas más pequeñas aún que las gotas balísticas, de un tamaño esta vez inferiores a 100 micras. Al tener un tamaño diminuto, no caen tan fácilmente al suelo, y podrían quedar en suspensión hasta horas en el aire, flotando como el humo del tabaco. De esta forma, al igual que también lo hace el humo del tabaco, estas diminutas gotas pueden llegar a llenar los espacios interiores mal ventilados (Jiménez, 2020). Cuando respiramos dichos aerosoles, es cuando nos infectamos. Para protegernos frente al contagio por aerosoles, hay diferentes medidas que se pueden adoptar (Jiménez, 2020; Ministerio de Sanidad, 2020ª, 2020b): 

  1. En la medida de lo posible, se debe realizar todas las actividades posibles en exteriores, donde es mucho menos fácil contagiarnos por aerosoles, sobre todo con mascarilla. 
  1. Si no tenemos otra opción que realizar alguna actividad en interiores, las medidas de protección son las siguientes: 
    1. Ventilar el espacio interior de manera continua, y con una ventilación cruzada y distribuida. Si la ventilación natural no es suficiente, considerar la posibilidad de recurrir a la ventilación mecánica. 
    1. Para asegurar que la ventilación es suficiente, es útil medir los niveles de CO2, asegurándose de no sobrepasar los 700 PPM. Si superamos estos niveles, significará que el aire no es un aire puro, sino que estamos respirando el aire que en un determinado porcentaje ya ha sido respirado por otros. Mayores niveles de CO2 indicarán que el espacio no está lo suficientemente ventilado y, por tanto, una mayor probabilidad de contagio por aerosoles.   
    1. Complementar la ventilación con un sistema de filtrado. En este caso, los purificadores de aire con filtro HEPA H13 o superior serán grandes aliados.  
    1. Se ha relacionado también los niveles de humedad demasiado bajos y los demasiado altos con una mayor transmisibilidad de los virus (Morris et al., 2020; Yang, Elankumaran y Marr, 2011), por lo que puede sr útil tratar de mantener los niveles de humedad relativa entre los 40 y 60 grados.  
    1. Otra manera de evitar los contagios será evitar los espacios demasiado concurridos (a mayor densidad de personas en un espacio, mayor cantidad de aerosoles potencialmente infectivos), y minimizar el tiempo de exposición (más nos quedamos en un espacio cerrado más tenemos probabilidad de estar inhalando aerosoles potencialmente infectivos, y a mayor tiempo respirando dichos aerosoles, mayor será nuestra carga viral). 
    1. Finalmente, una vez más será indispensable mantener la distancia social y llevar la mascarilla. Pero esta vez cabe tomar en cuenta algunas consideraciones. En relación con la distancia social, 2 metros pueden no ser suficientes en interiores para protegerse del posible contagio por aerosoles, precisamente porque se ha demostrado que los aerosoles en interiores pueden “viajar” a más de dos metros de distancia, pues son muy ligeros y flotan en el aire durante un cierto tiempo. Y en cuanto a la mascarilla, un elemento muy importante a tomar en cuenta para evitar el contagio por aerosoles es el ajuste. Se ha demostrado que cuando dejamos un pequeño hueco entre la mascarilla y nuestro rostro, gran parte del aire que inhalamos y que exhalamos pasará por este hueco, y por tanto no será filtrado por la mascarilla, de forma que ni estaremos protegiendo a los demás, ni nos estaremos protegiendo, pues los aerosoles entrarán y saldrán junto con el aire por dicho hueco. Por ello, es muy importante tomar el tiempo de ajustar correctamente la mascarilla antes de salir de casa y de entrar en espacios interiores compartidos. 

Por otro lado, recomendamos la visualización de este ameno artículo interactivo para entender cómo varía la transmisión por el aire según las medidas de protección empleadas: https://elpais.com/ciencia/2020-10-24/un-salon-un-bar-y-una-clase-asi-contagia-el-coronavirus-en-el-aire.html  

Bibliografía 

  • Jiménez (2020). Covid-19 data drives: Why arguments against SARS-CoV-2 aerosol transmission don’t hold water, MedscapeGoldman, E. (2020). Exaggerated risk of transmission of COVID-19 by fomites. The Lancet Infectious Diseases, 20(8), 892-893. 
  • Lewis, C. (2021). Covid-19 rarely infects through surfaces. So why are we still cleaning? Nature, 590 
  • Ministerio de Sanidad (2020a). Informe científico sobre vías de transmisión SARS-CoV-2. Disponible en https://www.ciencia.gob.es/stfls/MICINN/Prensa/FICHEROS/Informe_Aerosoles_COVID_MCienciaInnov.pdf  
  • Ministerio de Sanidad (2020b). Evaluación del riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 mediante aerosoles. Medidas de prevención y recomendaciones. Disponible en https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/documentos/COVID19_Aerosoles.pdf 
  • Morris, D. H., Yinda, K. C. H., Gamble, A., Rossine, F. W., Huang, Q., Bushmaker, T., … & Lloyd-Smith, J. O. (2020). The effect of temperature and humidity on the stability of SARS-CoV-2 and other enveloped viruses. bioRxiv.  
  • Yang, W., Elankumaran, S., & Marr, L. C. (2012). Relationship between humidity and influenza A viability in droplets and implications for influenza’s seasonality. PloS one, 7(10), e46789. 
  • Zhou, S., Liu, Z., Wang, Z., Young, C. J., VandenBoer, T. C., Guo, B. B., … & Kahan, T. F. (2020). Hydrogen peroxide emission and fate indoors during non-bleach cleaning: a chamber and modeling study. Environmental Science & Technology, 54(24), 15643-15651. 

Fuente: http://www.ventilando.org 

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