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¿A qué nos referimos cuando hablamos de seguridad del paciente?

Al abordar una temática tan actual y de suma importancia, debemos mencionar que en nuestro país en el año 1997 se crea el Programa Nacional de Garantía de Calidad de la Atención Médica (PNGCAM), por Resolución Secretarial Nº 432, refrendada luego por el Decreto Nº 1424 también del año 1997. En 2017, el Decreto de Poder Ejecutivo Nacional Nº 178 ratifica la vigencia del PNGCAM, en la búsqueda de promover el desarrollo de procesos para asegurar la calidad de los servicios de salud para toda la población y garantizar la equidad en la atención médica, en el marco de la estrategia de la COBERTURA UNIVERSAL EN SALUD (CUS). La resolución 856- E/2017 actualiza los ejes conceptuales del programa y desde esa perspectiva se articulan las diferentes acciones que se realizan, que tienen por objetivo el diseño de instrumentos, la capacitación, sensibilización, investigación y gestión de mejoras de los riesgos sanitarios en los establecimientos de todo el país.

En este marco, la Dirección Nacional de Calidad en Servicios de Salud y Regulación Sanitaria tiene como responsabilidad primaria gestionar con las distintas jurisdicciones la actualización, armonización y articulación de los diferentes marcos regulatorios del sector salud, y de los registros federales de recursos humanos de la salud, y de establecimientos de salud. A su vez, tiene a su cargo la Coordinación de Mejoramiento de la Calidad y Seguridad del Paciente, que dentro de sus acciones tiene como objetivo instrumentar acciones vinculadas a la seguridad de los pacientes y a los comités de calidad en los establecimientos asistenciales, que contribuyan a lograr un modelo de atención eficiente, accesible y seguro, centrado en la persona; y asistir técnicamente a las jurisdicciones provinciales para la capacitación y desarrollo de procesos de calidad en los servicios de salud de las mismas.

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La Seguridad del paciente se define como la disciplina que busca la prevención y reducción de daños prevenibles asociados a la atención médica. Las acciones para seguridad del paciente son el conjunto de elementos estructurales, procesos, instrumentos y metodologías que tiene por objeto minimizar el riesgo de sufrir un evento adverso en el proceso de atención de la salud o de mitigar sus consecuencias. Implica la evaluación permanente de los riesgos asociados a la atención de la salud para diseñar e implementar barreras de seguridad y desarrollar estrategias para reducir el daño innecesario asociado a la asistencia sanitaria.

Si bien la medicina tiene como uno de sus preceptos más sagrados: “Primero no dañar”, ha convivido desde siempre con el error y el daño a los pacientes. En el informe fundacional “Errar es Humano”, el Instituto de Medicina de los Estados Unidos estimó en 1999 que entre 44.000 y 98.000 personas morían por año como resultado de errores médicos en ese país. Las estimaciones más recientes sitúan esta cifra cerca de las 200.000 muertes por año. En 2017, el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estimó que, en países de altos ingresos, uno de cada diez pacientes hospitalizados sufre daños, siendo el 50% de ellos evitables. El mismo informe estima que el daño a los pacientes representa hoy la decimocuarta causa de carga de enfermedad y mortalidad en el mundo, recayendo mayormente en países de bajos y medianos ingresos. Independientemente de la forma de medición o de la estimación que se utilice, hay consenso en que la tasa de error y daño en la atención sanitaria es asombrosa y que resulta imperativo realizar cambios radicales en todo el sistema.

Entre el 2007 y 2009 se llevó a cabo el estudio IBEAS sobre prevalencia de eventos adversos en hospitales de Latinoamérica. Este proyecto fue resultado de la colaboración entre el Ministerio de Sanidad y Política Social de España, la Organización Mundial de la salud y los Ministerios de Salud y otras instituciones de Argentina, Colombia, Costa Rica, México y Perú, siendo el primer estudio llevado a cabo a gran escala en América Latina para medir eventos adversos en los hospitales. La prevalencia global de pacientes con algún EA (Evento Adverso) fue de un 10,5%. En el informe de resultados de Argentina, la prevalencia de pacientes con al menos un EA fue de 12,1%.

El principal argumento para mejorar la seguridad de los pacientes es moral y ético. El daño innecesario genera una enorme carga sobre las personas, sus familias, seres queridos y la comunidad. La maximización de la seguridad es por lo tanto una responsabilidad fundamental de los sistemas de salud. Además de este imperativo moral, existe una justificación económica para trabajar por la seguridad de los pacientes, ya que el daño innecesario que se les inflige impacta sobre los recursos de los sistemas de salud y, en un sentido más amplio, de la sociedad. La seguridad del paciente es un tema de salud pública que debe ocupar un lugar central en la agenda sanitaria.

Considerando el impacto descripto anteriormente, todos los trabajadores de la salud, comenzando por sus líderes, deben priorizar la mejora de la seguridad de los pacientes. Los sistemas sanitarios de gran parte del mundo vienen tomando algunas medidas para conseguirlo. Sin embargo, estas mejoras incrementales a pequeña escala no son suficientes. Nuestro trabajo inmediato requiere un mayor foco en la seguridad, no sólo como una iniciativa de mejora más, sino como un valor central que esté totalmente incorporado en nuestras organizaciones.

El avance en seguridad del paciente requiere pasar de las actuales intervenciones graduales y fragmentadas hacia un abordaje sistémico y total de la seguridad. Un enfoque de este tipo también implica pensar en la seguridad de la atención más allá de los hospitales, garantizándola en la continuidad de la atención en el ámbito ambulatorio: en los centros de salud del primer nivel de atención, centros de diagnóstico y tratamiento, establecimientos de estancia prolongada para adultos mayores, centros de rehabilitación, internación domiciliaria, entre otros. En este ámbito es donde ocurren la mayor cantidad de incidentes de seguridad, dado el volumen de procesos de atención a pacientes que concentra, y principalmente se encuentran relacionados con errores diagnósticos y de medicación. En el ámbito hospitalario, los incidentes de seguridad suelen ser de mayor impacto y resonancia, y se relacionan fundamentalmente con las infecciones, los errores de medicación y la seguridad quirúrgica. En pos de la seguridad del paciente, resulta fundamental también, la creación de alianzas con los pacientes y sus familias, para asegurar que sus voces sean escuchadas.

La Organización Mundial de la Salud, en su asamblea mundial en mayo de 2019, insta a los estados miembros a reconocer la seguridad del paciente como una prioridad de las políticas sanitarias, reconociendo que es una necesidad primordial para el fortalecimiento de la cobertura universal de salud. Por otro lado, insta al desarrollo e implementación de políticas públicas, desarrollo de estrategias, guías y herramientas para la mejora de la seguridad de atención a los pacientes en todo el sistema de salud.

Es por todo esto que, la Secretaría de Gobierno de salud, a través de la Dirección de Calidad en Servicios de Salud y Regulación Sanitaria, en consonancia con las recomendaciones internacionales y dada la imperiosa necesidad de mejorar la seguridad de los pacientes para una mejora en la calidad de atención de la salud, ha decidido desarrollar este documento que sienta las bases sobre las acciones prioritarias para la seguridad de los pacientes en el ámbito del cuidado de la salud y brinda recomendaciones que serán difundidas entre los diferentes efectores de nuestro país.

Toda la información que compartiremos proviene de consensos internacionales y del compromiso de líderes y expertos locales que trabajan desde hace años para transformar la cultura de sus organizaciones y mejorar la seguridad de todo el sistema. Las acciones que se describen están pensadas para que quienes tienen responsabilidades de gestión las adapten a sus necesidades y las de su gente, dondequiera que se encuentren en su camino hacia una atención más segura y de calidad.

Seguiremos sumando información haciendo hincapié en la identificación correcta de los pacientes como uno de los primeros pilares que las instituciones de salud deben considerar para minimizar diferentes riesgos asociados a la atención de salud.

Fuente: equipo técnico de Adox 

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