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Un estudio del University College London ha probado que el ADN de los virus se propaga con suma facilidad en una habitación de hospital. En tan solo diez horas, se hallaron restos en casi la mitad de todos los sitios muestreados y el agente contaminante duró al menos cinco días.

Publicado como una carta en el Journal of Hospital Infection, el estudio tenía como objetivo simular de manera segura cómo el SARS-CoV-2, el virus que causa el covid-19, puede propagarse por las superficies de un hospital. Por ello, en lugar de usar el nuevo coronavirus, los investigadores replicaron artificialmente una sección de ADN de un virus que infecta a las plantas, que no afecta a los humanos, y lo agregaron a un mililitro de agua en una concentración similar a las copias de SARS-CoV-2 encontradas en muestras respiratorias de los enfermos de coronavirus.

 

El experimento

Los investigadores rociaron esta solución en el pasamanos de una cama de hospital en una habitación de aislamiento -es decir, una habitación para pacientes infectados o de mayor riesgo-, y luego tomaron muestras de 44 sitios de esa habitación durante los siguientes cinco días. Descubrieron que después de 10 horas, el material genético sustituto se había extendido al 41% de los sitios muestreados en la sala, desde las barandas de las camas hasta las manijas de las puertas y los reposabrazos en una sala de espera, hasta los juguetes libros para niños en un área de juegos. Esto aumentó al 59% de los sitios después de tres días, cayendo de nuevo al 41% en el quinto día.

«El estudio muestra el importante papel que juegan las superficies en la transmisión de un virus y cuán crítico es adherirse a una buena higiene de manos y limpieza», afirma Lena Ciric, experta en Ingeniería Civil, Ambiental y Geomática de UCL y autora principal del estudio. «Nuestro sustituto fue inoculado una vez en un solo sitio, y el personal, los pacientes y los visitantes lo propagaron al tocar las superficies. Sin embargo, una persona con SARS-CoV-2 propagará el virus por más de un lugar, a través de la tos, estornudos y al tocar superficies», advierte.

La mayor proporción de sitios que dieron positivo provino del área del espacio de la cama de al lado, además de un apartado con varias otras camas, y áreas clínicas como salas de tratamiento. En el tercer día, el 86% de los sitios muestreados en áreas clínicas dieron positivo, mientras que en el cuarto día, el 60% de los sitios muestreados en el área del lecho inmediato dieron positivo.

Limpieza de manos, primer arma de batalla

Su compañera, Elaine Cloutman-Green, directora del área Salud de GOSH, afirma: «Las personas pueden infectarse con Covid-19 a través de las gotas respiratorias producidas al toser o estornudar. Igualmente, si estas gotas aterrizan en una superficie, una persona puede infectarse después de entrar en contacto con la superficie y luego tocarse los ojos, la nariz o la boca. Al igual que el SARS-CoV-2, el sustituto que utilizamos para el estudio podría eliminarse con una toallita desinfectante o lavándose las manos con agua y jabón. La limpieza y el lavado de manos representan nuestra primera línea de defensa contra el virus y este estudio es un recordatorio significativo que los trabajadores de la salud y todos los visitantes a un entorno clínico pueden ayudar a detener su propagación mediante la estricta higiene de las manos, la limpieza de las superficies y el uso adecuado del equipo de protección personal».

Una advertencia del estudio es que, si bien muestra la rapidez con que un virus puede propagarse si se deja en la superficie, no puede determinar la probabilidad de que una persona se infecte. Sin embargo, si tomamos en cuenta que hay otros fluidos, como mucosidades, que también portan el virus y son más resistentes, el contagio de las zonas puede durar aún más tiempo del probado con la solución acuosa de esta investigación.

https://www.abc.es/ciencia 

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