Dentro de los nanosatélites que se lanzaron hoy a la madrugada al espacio está viajando una memoria llamada MeMOSat, desarrollada por el Grupo LabOSat —del que participa el Instituto en conjunto con CNEA, UNSAM y CONICET— con el fin de enviar información y resistir a condiciones adversas.
Durante la madrugada los ojos de los argentinos estuvieron puestos en China porque fue allí desde donde se lanzaron al espacio los nanosatélites “Fresco” y “Batata”, desarrollados por la empresa nacional Satellogic y bautizados con ese nombre en honor al postre típico también conocido como Martín Fierro. Cada uno de los vehículos transporta en su interior una memoria llamada MeMOSat, diseñada especialmente por el grupo interinstitucional LabOSat para funcionar en ambientes hostiles (como en este caso que debe soportar fuertes radiaciones).
“Las MeMOSat son memorias resistivas conformadas por dos películas metálicas con un óxido entre medio de unos 20 nm de espesor, con propiedades de resistencia eléctrica, que nos envían información desde los satélites y nos permiten estudiar su comportamiento en estos ambientes hostiles”, explica Federico Golmar del Centro de Micro y Nanoelectrónica del INTI (CMNB), que forma parte del grupo LabOSat junto con CNEA, UNSAM y CONICET. “Son como laboratorios en miniatura para probar componentes electrónicos en ambientes adversos, que se comercializarán en un futuro”, agrega.
“Desde LabOSat participamos de otra experiencia similar en 2014, cuando Satellogic lanzó el BugSat-1, conocido comercialmente como Tita en honor a la actriz Tita Merello”, detalla Golmar.
Además comenta que esta nueva participación permitirá afianzar la tecnología, probar nuevos materiales, recibir información desde el satélite a través de radios, verificar que funcionen correctamente los parámetros elementales de cada memoria y estudiar las variaciones sufridas por los materiales de la plataforma. Su recorrido no es siempre el mismo sino que visualmente podría compararse con la figura de una naranja cortada en gajos.
Lo destacable de los dos vehículos espaciales es que se trata de la primera experiencia argentina en la puesta en órbita de satélites con fines comerciales, que en este caso van a abocarse al monitoreo de campos y cultivos. Gracias a su despegue exitoso en este momento están ubicados a una distancia de 500 km de la tierra y estarán orbitando aproximadamente por tres años a una velocidad de 27 mil km por hora, lo que les permite dar 15 vueltas diarias al globo terráqueo.
Por protocolo, las funciones del satélite se van activando gradualmente. “Recién en un mes estarán encendidas las placas MeMOSat y comenzaremos a trabajar con la información que se envíe desde estos circuitos electrónicos”, anticipa Golmar.
“Estas memorias tienen un alto potencial porque son más económicas, portátiles y versátiles que las que actualmente se ofrecen en el mercado internacional; y podrán utilizarse en la industria en otros ambientes hostiles más allá del espacial”, concluye Liliana Fraigi, directora del CMNB.
Grupo LabOSat, del que forma parte el INTIintegrantes del grupo interinstitucional LabOSat
Fuente: INTI